Una tarde estupenda con los intrepidos aprendices de Robert Capa. Los bambinos disfrutaron con sus cámaras desechables y no le preocupo para nada no poder ver la imagen de inmediato.
Lástima que no hubiera más cámaras, pues aunque al principio nos costo un poco que los niños participaran, al final todos querían su propia cámara.
Toda una experiencia que sin duda alguna merece la pena repetir, eso si con menos frío.
3 comentarios:
Lástima que sólo fuese para canijillos. Saludos
Siento habérmelo perdido. ¡Ya estoy esperando a la próxima edición!
J.G.
Que chulada de ambiente, lastima no poder haber estado allí con todos vosotros :( para la próxima :)
Publicar un comentario