Por fin llego la Semana Santa y después de un invierno durísimo en lo climatológico, tome unas merecidas vacaciones de tres días que aproveche para visitar con Marta, Oporto en la vecina Portugal.
Bella ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, sus habitantes gente simpática nos brindaron ricas viandas para acompañar sus famosos vinos, del cual supimos dar buena cuenta.
Como era lógico pensar y por aquello de disfrutar de las mini-vacaciones, no lleve cámara réflex alguna, pero una vez allí, no pude reprimirme de fotografiar. A si que arrebate a Marta su pequeña cámara compacta siendo mi primera experiencia con este tipo de cámaras y dispare y dispare sin parar y a pesar de que la “cámara bolsillera” apenas ofrece control técnico sobre la toma, creo haber sacado cosas muy interesantes que pueden ampliar mi trabajo personal.
4 comentarios:
Por Dios, no soy capaz de seguirte, dos blogs son mucha tralla.
Aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Grandes imágenes.
y que mas da que camara lleves si tienes fotones.
La de las dos señoras en el triángulo de asfalto me parece una puesta en escena. No me parece real. Confiesa: son dos extras a las que luego invitaste a un café.
Están tan en su sitio, que no deberían moverse de ahí. Parecen iluminadas por una luz ultraterrena, no por luz solar..... Me gusta
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