jueves, 3 de mayo de 2012

¿Del periodismo a la indigencia?



Hoy un pequeño grupo de periodistas, no más de 300 nos hemos concenterado debajo de un puente.
Lugar habitual de indigentes. De hecho hemos desplazado a uno que andaba por allí, hasta Castellana 40, debajo del mismo puente de Juan Bravo.

Nos quejábamos por la precarización de este oficio en que el empresario busca soluciones que no encuentra. Y decide recortar plantillas, llenarlas de becarios en puestos clave, bajar salarios y olvidarse de este digno oficio y de la calidad de su producto.

Es momento de apostar por un periodismo de calidad, que no siempre pasa por gastarse el dinero en grandes estrellas, sinó en la producción propia a partir de contenidos puramente periodísticos, habitualmente fuera de foco. En el mundo no paran de ocurrir cosas trascendentales a dario que no aparecen publicadas. Es ahí donde hay que incidir y hacer una labor periodística útil que responda a la labor de servicio público que ha de tener esta profesión.

Internet ha permitido que surjan muchas nuevas propuestas periodísticas, la mayoría de poca calidad, pero algunas ocupan un espacio de periodismo de altura poniendo el micro a quien necesita contar su realidad. Esa que nadie quiere ver y por eso está oculta. Se me ocurren varios ejemplos: Periodismo Humano, Diagonal, Democracy Now, etc...

Se habla de un cambio en el modelo de negocio. Y creo que éste es el cambio necesario, que hará más digna la profesión y nos permitirá sobrevivir con ella. Con sueldos dignos y sin estrellas superpagadas, ni ejecutivos con sueldazos. O repartimos lo que hay para seguir haciéndolo bien entre todos o se quedarán esos cuatro figurones y firmas rodeados de becarios y obreros de la información, ya convertidos en esclavos de la información. Y el resto tendrán que buscar otros oficios.

No creo que lleguemos a la indigencia. Seguimos siendo unos "privilegiados", porque aún pertenecemos a la clase media. Pero por muy poco.

La propuesta de la APM es la siguiente:

http://www.apmadrid.es/noticias/generales/diez-razones-por-las-que-los-periodistas-madrilenos-nos-concentraremos-el-3-de-mayo-dia-mundial-de-la-libertad-de-prensa?Itemid=209 

2 comentarios:

Javier Durán dijo...

Desgraciadamente en los tiempos que corren ya no prima el parámetro de la calidad. Da lo mismo que seas periodista, albañil, informático, profesor o lo que seas, eres parte del mercado.
Además, en mi opinión el gran problema del periodismo no es internet, fueron la mierda de periodicos gratuitos que día a día leemos en el medios de transporte, y encima pensamos que nos mantienen informados.

LUIS CAMACHO dijo...

Por lo que a los fotoperiodistas nos incumbe os dejo esta reflexión del gran fotógrafo Tino Soriano y que suscribo palabra a palabra.

"El fotoperiodismo gráfico tradicional, con capacidad para enviar fotógrafos a recorrer el mundo, prácticamente se ha extinguido. Algunos profesionales viven de la nostalgia, como tribu al borde de la extinción, aferrados a un sistema que ya no existe, pero este no es el camino. El fotógrafo moderno debe plasmar cualquier tema que le interese, para promocionarlo en las redes sociales y buscar, de esa manera, una salida económica. O bien alcanzar unos elevados límites de excelencia, de manera que la calidad compense la inversión de contratar a un determinado autor.

El reportero del futuro deberá estar al corriente de las tecnologías más avanzadas y aprovechar su potencial para anular las limitaciones de la comunicación unidireccional. Pero solo podrá hacerlo si puede permitirse una formación continuada rigurosa, un conocimiento profundo de las herramientas audiovisuales, una presencia activa en las redes sociales y sabe aprovechar las posibilidades de las autopistas de la comunicación del siglo XXI.


Los fotógrafos tienen que defender su profesionalización desde el plano de las ideas. Se trata de un planteamiento positivo que confluye a una conclusión importante: es preciso concienciar a los lectores del valor de las buenas fotografías, nada de gato por liebre. Que aprecien las imágenes tomadas por profesionales brillantes, que además de haber tenido la oportunidad de formarse, pagan impuestos por ejercer como tales. El Estado, por su parte, debería combatir el intrusismo. Es la única manera de que los fotógrafos con talento consigan vivir razonablemente de su obra.

No lleva otra salida que al cierre, por desinterés de los lectores y de la publicidad, decorar revistas con imágenes compradas al peso o gratuitas. Los lectores del siglo XXI están acostumbrados a tomar fotografías y por eso distinguen perfectamente lo que es una chapuza tomada por un intruso, sin apenas formación visual y mal pagado, enviado a cubrir una noticia.

Los lectores se decantarán por contenidos que les aporten algo tangible. Si aprecian imágenes sugestivas, cuyo visionado les anima a mejorar como practicantes de la fotografía, pagarán por acceder a las plataformas que las ofrezcan, pero si perciben que las ilustraciones son vulgares, las despreciarán y buscarán alternativas más interesantes.
Lo ramplón, por muy barato que sea, está condenado al fracaso. Con esta metáfora se refería Juan Guerrero, un fotógrafo comprometido que trabajó muchos años para El País, a la gran cantidad de imágenes carentes de fuerza que se toman ahora: "Antes los cementerios tenían flores naturales. Con todo lo bueno que aporta la fotografía digital, los resultados no dejan de recordarme a las flores de plástico que hoy en día te encuentras delante de la mayoría de tumbas"".